martes, 28 de mayo de 2013

Los cinco minutos del Espíritu Santo Mayo 25

          


          El Espíritu Santo también es como una lluvia, agua que penetra la tierra seca. Somos tierra que cruje y que llora, seca y agrietada. Pero cuando llueve la gracia, nuestro desierto reverdece y se llena de flores, rebosa la vida.
          Nosotros hemos regalado nuestra vida a tantas cosas de este mundo, hemos gastado nuestras energías en tantas tonterías que nos han dejado secos por dentro, sin vida, sin amor, sin hermosura.
          Invoquemos al Espíritu santo para que se derrame como lluvia fecunda, para que haga brotar las semillas buenas que él mismo puso entre nosotros.
Él lo ha prometido: "Derramaré agua sobre el suelo sediento, raudales sobre la tierra seca" (Is. 44,3).
          Pidámosle que riegue, que refresque, que renueve con sus gotas divinas, que nos devuelva la vitalidad y la energía, que resucite nuestros sueños y nuestra esperanza. Así se cumplirá la promesa del profeta Oseas:

          "Seré como rocío para Israel. Él florecerá como el lirio, y hundirá sus raíces como el Líbano. Sus ramas se desplegarán y su esplendor será como el olivo. Estará perfumado como el Líbano, volverán a sentarse a su sombra, harán crecer el trigo, florecerán como la vid" (Os, 14, 6-8).

jueves, 23 de mayo de 2013

Los cinco minutos del Espíritu Santo Mayo 24



"Lava nuestras manchas."

          Imaginemos un valle lleno de basura y suciedad, atravesado por un pequeño río que baja de los cerros, donde nadie se atreve a colocar sus pies desnudos por temor a ensuciarse. Pero de pronto el río empieza a crecer, y su caudal es cada vez mayor. El río crecido, con su fuerza, arrastra todas las basuras y limpia completamente el valle. Al día siguiente, todo está en calma, y corren aguas limpias, que sirven para beber y para bañarse.
          Imaginemos todas las manchas y suciedades de nuestro interior. Pensemos no sólo en nuestros pecados, sino en las inclinaciones que han dejado esos pecados; pensemos también en las tristezas y perturbaciones interiores que han quedado por nuestras malas acciones. Y roguémosle al Espíritu Santo que pase como un río caudaloso, que lave, que limpie todo, que se lleve toda la suciedad y nos deje blancos, relucientes, verdaderamente liberados.

Fuente: Los cinco minutos del Espíritu Santo

miércoles, 22 de mayo de 2013

Los cinco minutos del Espíritu Santo Mayo 23




“Sin tu ayuda divina no hay nada en el hombre, nada que sea inocente.”

Estas palabras parecen un poco negativas, pero lo que dicen es completamente cierto. Sin la acción del Espíritu Santo no hay nada inocente en nuestras vidas.
Es verdad que sin el Espíritu Santo podemos construir una casa, o ganar dinero, o dar un buen examen; también podemos hacer cosas que en apariencia son virtuosas, como ahorrar dinero, o evitar las drogas, etc. Pero nada de eso es en verdad santo y bello sin la acción del Espíritu Santo. Porque sin Él en realidad estamos siempre buscando nuestro interés sin preocuparnos con sinceridad por el bien de los otros. Sin Él tampoco nos interesa de verdad la gloria de Dios.
Nosotros podríamos decir que hay personas que no son cristianas, o que son ateas, pero que verdaderamente dan la vida por los demás. Es posible; pero si eso de verdad es sincero y generoso, es porque en ellos está actuando en Espíritu Santo.
Muchas veces Él está invitándonos a hacer el bien, pero su impulso no obtiene resultados porque nosotros lo ignoramos o nos resistimos.
Pero si en algún momento lo dejaos actuar, y brota en nosotros un sentimiento verdadero de bondad, o una  decisión realmente generosa, tenemos que darle gracias a Él. Porque eso sería imposible sin su impulso, sin su invitación, sin su gracia que nos eleva.

Fuente: Los cinco minutos del Espíritu Santo

Los cinco minutos del Espíritu Santo Mayo 22



“Consolador lleno de bondad, dulce huésped del alma.”

Es bueno repetir muchas veces estas palabras, lentamente, para que sean como gotas de paz que calmen nuestras perturbaciones.
Porque estas palabras nos ayudan a dejar de resistirnos al amor del Espíritu Santo, ya que no hay nada que temer. En lugar de traernos dificultades y preocupaciones, Él viene a consolarnos, viene a ayudarnos a enfrentar todo lo que nos da miedo, viene a darnos calma en medio de las tormentas, viene a decirnos que siempre es posible empezar de nuevo.
En lugar de ser alguien que necesite hacernos daño, Él sólo puede desear nuestro bien, porque es amor puro, amor sin mezcla de odios o rencores. Él simplemente está lleno de bondad.
Y en lugar de ser una fuerza que viene a perturbar nuestro interior, o que viene a hacernos sentir la amargura de nuestra pequeñez, Él viene a reposar en nosotros con una inmensa dulzura. Nos cuesta reconocerlo, porque nosotros le prestamos mucha atención a los sentimientos negativos que dan vuelta en nuestro interior, pero Él es el dulce huésped del alma. Si pudiéramos descubrirlo,  sabríamos que no hay nada más dulce que su presencia.

Fuente: Los cinco minutos del Espíritu Santo

martes, 21 de mayo de 2013

Los cinco minutos del Espíritu Santo. Mayo 21



"Ven padre de los pobres."

          Al Espíritu Santo lo llamamos padre de los pobres, porque Él sólo puede actual en un corazón humilde y sencillo, en los que tienen alma de pobres. Eso no significa que tengamos que despreciarnos o sentirnos inútiles. Sólo significa que reconozcamos de verdad que lo necesitamos, que sin Él no podemos nada, que nuestra debilidad necesita su fuerza.
          Con Él estamos seguros, llenos de confianza y arrojo. Pero al que tiene su corazón pobre no se le ocurrirá enorgullecerse por eso, porque sabe bien que todo lo debe al auxilio del Espíritu Santo.
           Él muestra su gloria en nosotros cuando de verdad reconocemos nuestra  pequeñez y nuestras carencias, cuando no nos aferramos a nuestras riquezas, logros y capacidades, cuando descubrimos que no tenemos nada donde apoyarnos, porque todo es frágil y pasajero.
          Los pobres no se sienten tristes por descubrirse pequeños. Al contrario, viven la alegría de depender del Espíritu santo. Liberados de la vanidad y de la autosuficiencia, están realmente abiertos a la fuerza del Espíritu, y se gozan en sus presencia salvadora.

lunes, 20 de mayo de 2013

Los cinco minutos del Espíritu Santo. Mayo 20

          
         Ahora te invito a meditar parte por parte, durante varios días, algunos trozos de la hermosa secuencia de Pentecostés, que comienza diciendo:


"Ven Espíritu Santo, y envía desde el cielo un rayo de tu luz".
          
Cuando le pedimos que envíe su luz desde el cielo, esto no significa que Él esté allá arriba, lejos de nosotros que estamos aquí abajo.
          Siempre imaginamos al Espíritu Santo llegando desde arriba, y levantamos nuestras manos a lo alto para invocarlo. Pero en realidad Él ya está en nosotros, más cerca que nadie. Lo que hace falta es que nos transforme con esa presencia.
          Sin embargo, nosotros miramos hacia el cielo, como si fuera a descender desde allí. Eso en realidad es un símbolo que nos recuerda que Él nos supera, que está por encima de todo, que es Dios. Así como el cielo está por encima de nosotros y no podemos abarcarlo, eso vale con más razón para el Espíritu Santo, que es Dios. Nosotros no podemos pretender que ya lo conocemos, que lo podemos dominar, que lo podemos apresar y tenerlo bajo nuestro dominio.    Aunque Él habita en nosotros, al mismo tiempo nos supera, nos trasciende infinitamente. Si no podemos abarcar el cielo infinito, menos podremos abarcarlo a Él. Por eso miramos hacia lo alto invocándolo, y por eso le pedimos que envíe desde el cielo un rayo de su luz.

Fuente: Los cinco minutos del Espíritu Santo

Comprendiendo el significado de Pentecostés

Por Mauricio I. Pérez



Fuente: Semillas para la vida

domingo, 19 de mayo de 2013

Pentecostés: Con la venida del Espíritu Santo nace la Iglesia



Luego de su Pasión y Muerte, Jesús Resucitado se aparece a los Apóstoles demostrando que había vencido sobre la Muerte:

         "Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí,
yo también los envío a ustedes»  Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los 
que ustedes se los retengan»."

sábado, 18 de mayo de 2013

"Abran sus corazones al Espíritu Santo" nos dice nuestra Madre

           


          La Virgen María se aparece diariamente en Medjugorje desde el 24 de junio de 1.981, y en esos años, en sus apariciones a los videntes de Medjugorje (Vicka, Mirjana, Ivan, Marija, Ivanka y Jakov) les ha hablado de la importancia de invocar al Espíritu Santo a diario y no sólo en los días próximos a la Solemnidad de Pentecostés.
           Les dejo aquí algunos de esos mensajes dados por la Virgen en Medjugorje:


"Hijos queridos, les pido en estos días, en particular, que abran sus corazones al Espíritu Santo. Sobre todo ahora, el Espíritu Santo actúa a través de ustedes. Abran los corazones y abandónense a Jesús para que Él obre en sus corazones y que refuerce su fe." (23-05-85)

(El grupo de oración de Jelena había creído que el pedido de la Virgen de orar al Espíritu Santo era sólo para Navidad y habían dejado de hacerlo) "¿Por qué dejaron de hacer la oración al Espíritu Santo? Les había pedido que rezacen siempre y en todo tiempo del año, para que el Espíritu Santo se efunda en todos ustedes. Vuelvan, entonces, a retomar la oración." (2-01-84)

Soplo de Dios. Canción


Soplo de Dios viviente
que en el principio cubriste el agua,
soplo de Dios viviente
que fecundaste la creación.

¡Ven hoy a nuestras almas,
infúndenos tus dones,
soplo de Dios viviente,
oh santo Espíritu del Señor!

Soplo de Dios viviente
por quien el Hijo se hizo hombre,
soplo de Dios viviente
que renovaste la creación.

Soplo de Dios viviente
por quien nacemos en el Bautismo,
soplo de Dios viviente

que consagraste la creación.










Pueden verlos acordes de esta canción aquí 

Novena al Espíritu Santo. Día 9

¡El mundo brilla de alegría!
¡Se renueva la faz de la tierra!
¡Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo!

Lectura bíblica: Rom 8, 11

      Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también sus cuerpos mortales por el mismo Espíritu, que habita en ustedes. 

Palabra de Dios.

viernes, 17 de mayo de 2013

Oración al Espíritu Santo para pedir sus dones



¡Oh Espíritu Santo!, 

llena de nuevo mi alma 
con la abundancia de tus dones y frutos. 
Haz que yo sepa, con el don de Sabiduría
tener este gusto por las cosas de Dios 
que me haga apartar de las terrenas.
Que sepa, con el don del Entendimiento
ver con fe viva la importancia 
y la belleza de la verdad cristiana.
Que, con el don del Consejo
ponga los medios más conducentes 
para santificarme, perseverar y salvarme.
Que el don de Fortaleza 
me haga vencer todos los obstáculos 
en la confesión de la fe 
y en el camino de la salvación.
Que sepa con el don de Ciencia
discernir claramente entre el bien y el mal, 
lo falso de lo verdadero, 
descubriendo los engaños del demonio, 
del mundo y del pecado.
Que, con el don de Piedad
ame a Dios como Padre, 
le sirva con fervorosa devoción 
y sea misericordioso con el prójimo.
Finalmente, que, con el don de Temor de Dios
tenga el mayor respeto y veneración 
por los mandamientos de Dios, 
cuidando de no ofenderle jamás con el pecado.
Lléname, sobre todo, de tu amor divino; 
que sea el móvil de toda mi vida espiritual; 
que, lleno de unción, 
sepa enseñar y hacer entender, 
al menos con mi ejemplo, 
la belleza de tu doctrina, 
la bondad de tus preceptos 
y la dulzura de tu amor. 
Amén.

Ven, Espíritu Divino. Canción


Ven, Espíritu Divino
manda un rayo de tu lumbre
desde el cielo.
Ven, Oh Padre de los pobres,
Luz profunda; en tus dones,
Dios espléndido.

No hay consuelo como el tuyo
dulce huésped de las almas,
mi descanso.
Suave tregua en la fatiga,
fresco en horas de bochorno,
paz del llanto.

Luz santísima, penetra
por las almas de tus fieles
hasta el fondo.
Qué vacío hay en el hombre,
qué dominio de la culpa
sin tu soplo.

Lava el rostro de lo inmundo,
llueve tú nuestra sequía,
ven y sánanos.
Doma todo lo que es rígido;
funde el témpano
encamina lo extraviado.

Da a los fieles que en ti esperan
tus sagrados siete dones
y carismas.
Da su mérito al esfuerzo,
salvación e inacabable
alegría.

Amén.


Novena al Espíritu Santo. Día 8

¡El mundo brilla de alegría!
¡Se renueva la faz de la tierra!
¡Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo!

Lectura bíblica: Jn 16, 12-13

      Todavía, tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él les hará conocer toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará las cosas futuras. 

Palabra de Dios.

jueves, 16 de mayo de 2013

Novena al Espíritu Santo. Día 7

¡El mundo brilla de alegría!
¡Se renueva la faz de la tierra!
¡Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo!

Lectura bíblica: 1 Cor 2, 9-10

      Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que le aman. Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu, y el Espíritu todo lo penetra, hasta la profundidad de Dios. 

Palabra de Dios

Ven Espíritu Consolador. Aleluya, aleluya.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Oración de Juan Pablo II por la Paz.


Oh, Dios, Creador del Universo, 
que extiendes tu preocupación paternal 
sobre cada criatura 
y que guías los eventos de la historia 
a la meta de la salvación;
reconocemos tu amor paternal que, 
a pesar de la resistencia de la humanidad,
en un mundo dividido por la disputa y la discordia 
Tú nos haces preparar para la reconciliación.
Renueva en nosotros 
las maravillas de tu misericordia;
envía tu Espíritu sobre nosotros
para que Él pueda obrar 
en la intimidad de nuestros corazones;
para que los enemigos puedan empezar a dialogar;
para que los adversarios puedan estrecharse las manos;
y para que las personas 
puedan encontrar entre sí la armonía.
Para que todos puedan comprometerse 
en la búsqueda sincera por la verdadera paz;
para que se eliminen todas las disputas,
para que la caridad supere al odio, 
para que el perdón venza el deseo de venganza. Amén.

Fuente: Oraciones del Beato Juan Pablo II

Mediante el Espíritu Santo, el Padre y el Hijo hacen morada en nosotros

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy, cercana ya de la fiesta de Pentecostés, deseo hablar del Espíritu Santo que guía a la Iglesia, y a cada uno de nosotros, a la Verdad plena. En nuestros días, marcados por el relativismo, es necesario preguntarnos como Pilato: “¿Qué es ‘la’ Verdad?”. La Verdad con mayúsculas no es una idea que nosotros nos hacemos o consensuamos, sino una persona con la que nos encontramos. Cristo es la Verdad, que se ha hecho carne. Y el Espíritu Santo hace posible que lo reconozcamos y lo confesemos como Señor.
El Espíritu Santo nos recuerda las palabras de Jesús y las imprime en nuestros corazones. Él es la ley inscrita en nuestro interior, donde tomamos las decisiones. El Espíritu Santo, además, nos lleva a la inteligencia de la Verdad completa. Él es quien suscita el sentido de la fe en los creyentes creando una comunión, cada vez más profunda, con Cristo. Mediante el Espíritu Santo, el Padre y el Hijo hacen morada en nosotros.
En este Año de la fe, invoquemos especialmente la asistencia del Espíritu Santo, para que nos guíe y nos sostenga en el camino del discipulado.

Fuente: La Santa Sede

Novena al Espíritu Santo. Día 6

¡El mundo brilla de alegría!
¡Se renueva la faz de la tierra!
¡Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo!

Lectura bíblica: Rom 8, 14-17

      Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. Han recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: "¡Abbá! (Padre). Ese Espíritu  y nuestro espíritu dan un testimonio de que somos hijos de Dios, y si somos hijos , también herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que sufrimos con él para ser también con él glorificados. 

Palabra de Dios

martes, 14 de mayo de 2013

Novena al Espíritu Santo. Día 5

¡El mundo brilla de alegría!
¡Se renueva la faz de la tierra!
¡Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo!

Lectura bíblica: Rom 8, 10-11

El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros nos sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. El que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu y que su intercesión por los santos es según Dios. 

Palabra de Dios

lunes, 13 de mayo de 2013

Novena al Espíritu Santo. Día 4

¡El mundo brilla de alegría!
¡Se renueva la faz de la tierra!
¡Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo!

Lectura bíblica: Rom 8, 10-11

Si Cristo está con ustedes, aunque el cuerpo está muerto a causa del pecado, el espíritu vive por la fuerza salvadora de Dios. Y si el Espíritu de Dios que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes, el mismo que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también sus cuerpos mortales por el mismo Espíritu, que habita en ustedes. 

Palabra de Dios

domingo, 12 de mayo de 2013

La fuerza que viene de arriba


Hoy leemos en el Evangelio correspondiente a la Solemnidad de la Ascención que Jesús nos dice:

           "Jesús dijo a sus discípulos: «Todo esto estaba escrito: los padecimientos del Mesías y su resurrección de entre los muertos al tercer día.
           Luego debe proclamarse en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados, comenzando por Jerusalén, y yendo después a todas las naciones, invitándolas a que se conviertan.
           Ustedes son testigos de todo esto.
           Ahora yo voy a enviar sobre ustedes lo que mi Padre prometió.       Permanezcan, pues, en la ciudad hasta que sean revestidos de la fuerza que viene de arriba.»
          Jesús los llevó hasta cerca de Betania y, levantando las manos, los bendijo.
          Y mientras los bendecía, se separó de ellos (y fue llevado al cielo.
           Ellos se postraron ante él.) Después volvieron llenos de gozo a Jerusalén,
y continuamente estaban en el Templo alabando a Dios." 
Evangelio según San Lucas 24,46-53. 

La fe en el Espíritu Santo

La Iglesia profesa de manera incesante su fe: en nuestro mundo hay creado un Espíritu que es un don increado. Es el Espíritu del Padre y del Hijo.  Como el Padre y el Hijo, es increado, inmenso, eterno, omnipotente. Dios y Señor. Este Espíritu de Dios «llena el universo», y todo lo creado reconoce en Él la fuente de su identidad, encuentra en Él su expresión trascendente, se dirige a Él y le espera, le invoca con todo sus ser. A Él, como al Paráclito, como al Espíritu de verdad y de amor, acude el hombre que vive de verdad y amor y que no puede vivir sin la fuente de la verdad y el amor. A Él acude la Iglesia, que es corazón de la humanidad, para invocarle por todos y para que a todos les conceda los dones del amor, por cuyo medio se derramó en nuestros corazones. A Él acude la Iglesia a través de los complicados caminos de la peregrinación del hombre en la tierra, y suplica, suplica constantemente la rectitud de los actos humanos, como obra suya; suplica el gozo y el consuelo que sólo Él, el verdadero consolador, puede darnos viviendo a lo íntimo de los corazones humanos; suplica la gracia de las virtudes que merecen la gloria celestial; suplica la salvación eterna, en la comunicación plena de la vida divina, a la que el Padre ha predestinado eternamente a los hombres, creados por amor a imagen y semejanza de la Santísima Trinidad.

Si tu no vienes. Padre Eduardo Meana


Espíritu Santo ven,
Espíritu Santo ven.

Si Tú no vienes
nos faltarán las alas para la plegaria, 
desgastaremos el silencio y las palabras,
si en lo escondido tu voz no clama.

Si Tú no vienes
sería imposible el abrazo del reencuentro,
con el hermano que la ofensa puso lejos,
si Tú no enciendes de nuevo el fuego.

Pero si vienes a recrearnos
y con un soplo das vida al barro,
como un artista irás plasmando
un rostro nuevo de hijos y hermanos.
Por eso ven.

Espíritu Santo ven,  
Espíritu Santo ven.

Si Tú no vienes
olvidaremos la esperanza que llevamos, 
sucumbiremos al desánimo y al llanto,
si Tú no vienes a consolarnos.

Si Tú no vienes
evitaremos el camino aconsejado,
por el Señor de las espinas y el calvario,
si Tú no vienes a recordarlo.

Pero si vienes a sostenernos 
y nos conduces como maestro,
en nuestra carne se irá escribiendo
cada palabra del evangelio.
Por eso ven

Espíritu Santo ven,
Espíritu Santo ven.

Si Tú no vienes
nuestra mirada será ciega ante tus rastros,
la poca fe dominará lo cotidiano,
si no nos donas el ser más sabios.

Si Tú no vienes
y no sacudes con tu viento nuestra casa,
y con un sello de profetas nos consagras,
tendremos miedo si no nos cambias.

Pero si vienes y en el silencio
del alma escribes renglones nuevos,
entre nosotros se irá tejiendo
la historia cierta del nuevo reino.
Por eso ven

Espíritu Santo ven,
Espíritu Santo ven.





Es el tiempo del Espíritu Santo

El Papa Francisco, en su catequesis de los días miércoles (audiencia general del 8 de mayo) decía:


Queridos hermanos y hermanas:

          El tiempo pascual es por excelencia el tiempo del Espíritu Santo que culmina con la Solemnidad de Pentecostés. En el Credo profesamos la fe en el Espíritu Santo, que es Dios, «Señor y dador de vida». Él es la fuente inagotable de la vida divina en nosotros. Él es «el agua viva» que Jesús prometió a la Samaritana para saciar para siempre la sed, para colmar los anhelos más profundos y más altos del corazón humano. Porque Jesús ha «venido para que tengan vida y la tengan abundante» (Jn 10,10). El Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo, Cristo lo ha derramado en nuestro corazón, para hacernos hijos de Dios y para que nuestra vida sea guiada, animada y alimentada por él. Esto es precisamente lo que entendemos al decir que el cristiano es un hombre espiritual: una persona que piensa y actúa siguiendo la inspiración del Espíritu Santo. Así, la existencia del cristiano, dice san Pablo, es animada por el Espíritu Santo y rica de sus frutos, que son: «Amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí» (Ga 5,22-23). El don precioso del Espíritu Santo es, pues, la vida misma de Dios, en cuanto verdaderos hijos suyos por su adopción.



 


  Fuente: La Santa Sede

Novena al Espíritu Santo. Día 3

¡El mundo brilla de alegría!
¡Se renueva la faz de la tierra!
¡Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo!

Lectura bíblica: 1 Cor 6, 19-20

¿No saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que han recibido de Dios y que habita en ustedes? Ya no se pertenecen a ustedes mismos, porque han sido comprados pagando un precio por ustedes. Por tanto, ¡den gloria a Dios con su cuerpo! 

Palabra de Dios

sábado, 11 de mayo de 2013

El Espíritu Santo, regalo de Dios a los hombres.


          El Espíritu santo con su gracia es el primero que nos despierta a la fe y nos incita a la vida nueva. “Nadie puede decir: ¡Jesús es el Señor! sino por influjo del Espíritu Santo” (1 Cor. 12, 3), nos indica en una de sus páginas nuestro catecismo. Es precisamente la que se refiere a la comunicación del Espíritu Santo a los fieles, produciendo en ellos un nuevo estado, el estado de gracia con todo el cortejo de actitudes operativas, los dones y frutos espirituales, con que esa animación divina enriquece a las almas.