¡El mundo brilla de alegría!
¡Se renueva la faz de la tierra!
¡Gloria al Padre, y al Hijo y al
Espíritu Santo!
Lectura bíblica: Hech 5, 30-32
El Dios de
nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron colgándolo de un
madero. La diestra de Dios lo exaltó haciéndolo Jefe y Salvador, para otorgarle
a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos
nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.
Palabra de Dios
Invocaciones
Oremos a
Dios Padre, a quien pertenece el honor y la gloria por los siglos de los siglos,
pidiéndole nos concede ir creciendo en la esperanza por la acción del Espíritu
Santo. Digamos:
Ven,
Señor, en nuestra ayuda y sálvanos.
Padre
todopoderoso, envíanos tu Espíritu, que interceda por nosotros.
Ven,
Señor, en nuestra ayuda y sálvanos.
Envíanos tu
Espíritu, luz esplendorosa, y haz que penetre hasta lo más íntimo de nuestro
ser.
Ven,
Señor, en nuestra ayuda y sálvanos.
Padre nuestro
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros Tu Reino.
Hágase Tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén.
Oración final
Dios
todopoderoso, brille sobre nosotros el esplendor de tu gloria, y que el
Espíritu Santo, luz de tu luz, fortalezca los corazones por tu gracia. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
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