¡El mundo brilla de alegría!
¡Se renueva la faz de la tierra!
¡Gloria al Padre, y al Hijo y al
Espíritu Santo!
Lectura bíblica: 1 Cor 6, 19-20
¿No saben que su cuerpo es templo del
Espíritu Santo que han recibido de Dios y que habita en ustedes? Ya no se
pertenecen a ustedes mismos, porque han sido comprados pagando un precio por
ustedes. Por tanto, ¡den gloria a Dios con su cuerpo!
Palabra de Dios
Palabra de Dios
Invocaciones
Glorifiquemos a Cristo, bendito por los
siglos, y pidámosle que envíe al Espíritu Santo a los que ha redimido con su
muerte y resurrección. Digamos:
Salva, Señor, a los que has redimido.
Envía a la Iglesia el Espíritu de la
unidad, para que desaparezcan todas las disensiones, odios y divisiones.
Salva, Señor, a los que has redimido.
Tú, que dócil al Espíritu, diste
cumplimiento a tu misión, haz que los sacerdotes hallen en la oración la fuerza
y la luz del Espíritu, para ser fieles a su ministerio.
Salva, Señor, a los que has redimido.
Padre nuestro
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros Tu Reino.
Hágase Tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén.
Oración final
Que tu Espíritu, Señor, nos penetre con
su fuerza, para que nuestro pensar te sea grato y nuestro obrar concuerde con
tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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